Autor: Adriana González Márquez
Año: 2013
Editorial: MONTENA
Páginas: 424
Precio: $299
Genero: Ficción, Amor y romance
Trilogía: La elevación, La conexión, La unión
Sinopsis:
¿Amor,
amistad, familia o espíritu?
El alma de muchas personas está en juego, y ella es la única
capaz de ponerlas a salvo. La conexión es la segunda parte de la saga Los
Dominios del Ónix Negro. Para cualquier joven, cumplir dieciocho años es algo
muy importante: significa convertirse en mayor de edad. Para Vanessa, en
cambio, representó transitar por la Elevación e iniciar su entrenamiento, pues
las profecías la señalan como la única capaz de impedir que Arématis se
apodere del alma de los habitantes de los Dominios del Ónix Negro. Ahora ella
no sólo tiene sobre sus hombros la responsabilidad de llevar a los paladines a
la victoria: deberá, además, liberar a Erick del calabozo de Arématis y
encontrar los pedazos restantes del Ónix antes de que el atroz y seductor
villano lo haga, aunque eso signifique visitar lugares que nunca hubiera
imaginado y descubrir que las cosas no siempre son lo que parecen.
Mi opinión:
Como mencione en la reseña de La elevación, me equivoque al solo comprar ese, ya que tuve que esperarme desde Abril (el mes cuando lo leí) hasta Octubre que fue la FIL en Monterrey y todo por ESE BENDITO/MALDITO(esto ultimo es con amor) FINAL, pero aprendí de mi error y compre también el ultimo de esta trilogía. Por lo que de inmediato comencé a leerlo cuando ya (por fin) lo tuve en mis manos.
Ahora si, ¿Qué opino sobre este segundo libro?...
Adriana (si llegas a ver esto), ¿Acaso quieres hundirnos a todos en la locura?
Para empezar, estuve a punto de querer reprobar una materia solo por seguir leyendo, con eso lo digo todo.
Me quede sorprendida por como la autora se ha desarrollado como escritora después de la elevación. Si ese libro me encanto... este me SUPER ENCANTO y lo que le sigue. Creo que después de la saga de Hush Hush (que por cierto, es mi saga favorita), no había tenido tantos problemas emocionales. Llore, reí, me enoje, grite de emoción y a continuación explicare mis razones (las cuales estoy batallando demasiado de escribir sin spoilear o tratando de no hacerlo) :
-Oh,
por Dios- murmuré en medio de un aliento perdido, en medio de mi confusión y
mi entendimiento-. Oh... por Dios... ¿Así luce mi alma?
Escuche
que Matheo
reía, por lo que me volví de nueva cuenta hacia él.
-Así
luces tú. ¿Es qué nunca te has visto en un espejo?
-Yo
no luzco así- resoplé incrédula, señalándome con un dedo-.Ésa es mi alma, no
yo. Nunca en mi vida me he visto así de... de...
-¿Perfecta?-completó
Matheo
al ver que yo no proseguía.
-Mmmh...
-Éste
es mi recuerdo... Así luces para mí.
- A comparación del libro pasado, Adriana no se detuvo explicando tan detalladamente los lugares donde Vanessa se encontraba o las cosas cotidianas que ésta hacia, por lo que la lectura se hizo más amena pero, esto sin que no nos hiciera viajar a través de los dominios del Ónix Negro o lugares del dominio exterior (y con la necesidad de querer tener un mapa que marque cada lugar).
- Hablando de esto, la historia se desarrolla al principio dentro del dominio del Ónix, viajamos a través de nuevos portales para después dejar lo local (México) en segundo plano y viajar a Europa (sip, Europa, otro de los lugares que me encantaría llegar a visitar gracias a esta trilogía).
- En esta segunda parte, la historia hace demasiadas revelaciones que nunca imaginaste, tanto sobre los personajes principales como nuevos personajes, los personajes secundarios (que solo regresan para traicionar), los ónices, etc. lo cual provoca el no poder dejar de leer y aplicamos la de "solo un capitulo mas" y para cuando te acuerdas... ya vas a la mitad del libro y todo gracias a esos finales, pero eso si, vuelves a leer y leer las mejores escenas y diálogos.
- Adriana lo volvió a hacer. El libro vuelve a estar tan completo a pesar de tener menos páginas que el anterior (como 30 menos, take it easy). Me encontraba flipando por el triangulo amoroso que se forma, para después pasar a la frustración con la historia amorosa original y querer darle un zape a Erick, otro a Lilybeth y de paso a Vanessa, que ésta ultima aprovecha cualquier situación para tentar a la muerte, eso si, podemos notar la evolución de madurez que ésta ha tomado, lo cual muestra un equilibrio entre ser una adolescente y ser la Elegida.
- Regresando a los personajes, podemos darnos cuenta de como los secundarios de la entrega pasada se van volviendo una parte sumamente esencial de la historia al punto que se vuelven principales; y sigo pensando lo mismo, de que están super bien desarrollados, de que Matheo se vuelve cada vez más y más mi personaje-crush favorito de la trilogía (y porque no, mi segundo personaje-crush favorito literario) y odiar cada vez más a Arématis y los personajes que lo acompañan en sus maldades.
-Enamorarse es entrar en comunión con alguien, aceptar lo bueno y lo malo, y lo que se ignora también
- Para último, ¡LOS FINALES! ¡Por todo lo que es sa-gra-do! esos finales de cada capitulo, ese final de esta entrega. La única ventaja que tuve, fue que ya tenia el ultimo libro conmigo, por lo que apenas termine de leer este y rápidamente comencé con el otro. Así que se los vuelvo a repetir... si van a comenzar a leer esta trilogía, les recomiendo ya tenerlos todos a esperar a conseguir el que sigue, porque podrían parar en el psicólogo en vez de una librería.
Esta entrega me encanto todavía más que la primera, así que le doy:
5 de 5
Otras portadas:
La autora
Adriana
González Márquez nació en Aguascalientes. A los cinco años le rogó a su madre
que le leyera una novela de suspenso noir, nada apropiada para su edad. Escribió
su primer cuento a los doce años, pero le pareció tan malo que optó por
destruirlo. En la universidad anduvo de carrera en carrera, hasta terminar la
licenciatura en enseñanza del inglés. Le fascinan las tormentas eléctricas,
odia levantarse temprano y es algo malhablada, pero está intentando mejorar su
vocabulario. Es autora de la saga Los dominios del Ónix Negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario